viernes, 18 de mayo de 2012

EN PAPEL. Exposición individual galería Espiral. Del 17 de Mayo al 14 de Julio de 2012.



En papel.                                                                                                          Galería Espiral. Víctor Alba


``Quien no tiene memoria, se hace una de papel’’. Gabriel García Marquez

La exposición consta de 22 piezas cuyo soporte es el papel, siendo éste el nexo entre todas ellas.

El papel es sutil y frágil, que no débil; sincero y puro, que no bruto.
El papel es pintura por sí sólo.

El formato principal de la exposición, 112 x 76, acoge una serie de lavados realizados este mismo año.
El lavado es una técnica directa, con un amplio contenido pictórico. Los registros derivados del agua son recogidos por el papel, como una suave caricia, o una cruel bofetada. Como un diario de abordo en el que se escribe sin querer, y sin querer evitar.

La poesía de su proceso es evidente para quien lo trabaja. En el papel tan sólo quedan los sedimentos. Es poesía contemplar que todo depende del paso del tiempo, del pigmento depositado en el fondo, y no arrancado por la fuerza del agua, pasajera. Poesía de lo volátil que es la vida.

Son registros, calidades muy  plásticas que crean una imagen fresca, potente y segura.

Lo mismo pasa con el siguiente formato, 70 x 50. Parte de otro tipo de papel, Fabriano Pittura 400, con más gramaje, y admite la posibilidad de trabajar con muchas más capas.  Son obras más duras, más pesadas, cargadas de registros y texturas. Dignas para ser contempladas pulgada a pulgada.

El formato menor de la exposición, 29,7 x 21, recoge una serie de serigrafías intervenidas.
Partiendo de la misma base, la misma estampa, se consigue variar el resultado final, costando creer ese origen conjunto del que parten todas.
Las intervenciones se han realizado con técnicas variadas. Desde el grafito o el collage, hasta la encáustica.

El motivo representado es Paisaje con árbol.
Este paisaje es una mera excusa para pintar. Un medio utilizado para investigar sobre la propia pintura, sobre los materiales y su diálogo. Pero no es una excusa vacía y volátil.
El discurso de Paisaje con árbol está basado en el cambio. Dice que todo cambia y eso se refleja en cada pieza, no repitiéndose nunca lo que en esencia es el mismo paisaje.
Un paisaje, aún de hoy para mañana, no es igual. Ya sea por las circunstancias de su entorno –luz, erosión-, o por las del propio espectador. Y extrapolándolo, no sólo el paisaje cambia, también nosotros cambiamos, siendo este una metáfora -¿por qué no?- de nosotros mismos.
Por lo que es éste un concepto que crece, alimentándose, cuadro tras cuadro, de la variedad de lo cambiante.
Es una exposición bonita, sugerente y aun a pesar de la potencia de las obras, causa paz. Estoy muy satisfecho.

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