Como se puede observar sigo con mi tema: el paisaje.
Y con mi obsesión: la pintura. Estas imágenes son unas pruebas para luego realizar en grande, que puede ser mi nuevo proyecto. O por lo menos, lo que más ganas tengo de hacer: empezar a jugar en los límites de la pintura-fotografía.
Estas obras no carecen de concepto, sino todo lo contrario. Suponen al espectador un reclamo, una duda. Juegan entre lo supuesto real (la foto) y lo supuesto irreal (la pintura).
Cuando por el contrario, lo más real que ven son las manchas y lo menos, el paisaje que la foto intenta emular.
Los materiales vuelven a ser alquitrán y barnices. ¿Por qué? Porque para mí, el alquitrán es lo mas antagónico a un arbol o un campo natural.