jueves, 16 de diciembre de 2010

Homenaje a Judith Scott


El olor a vida no se puede describir, pero se reconoce.

Hacía tiempo que no me emocionaba tan profundamente; y Judith Scott fue la causante.

Judith Scott.

No tengo palabras para explicarlo. Quizá mi lenguaje sea más amplio en la pintura, donde prometo homenajearte.

Gracias por las ganas de vivir que derrochas, por tus creaciones IMPRESIONANTES. Por hacer realidad la sinceridad sin complejos en el arte. Gracias por expresar TODO con unos hilos... Gracias por envolverte el alma en cada escultura. Se ve.

Por que, aunque ya no estés, hueles a vida.

Paisaje con árbol 2.0





Cada cuadro es un espejo introspectivo de mí mismo. Un autorretrato del subconsciente, muchas veces desconocido.

La sinceridad de un gesto, de una pincelada; de un raspado, de un color…, va más allá de la propia apariencia y experiencia comunicativa. Sin permitir al mensaje pasar por el filtro destructivo que es la estética superficial.

Esa sinceridad y la pureza se prueban cuando los componentes de un cuadro son nada más que un vómito de sentimientos. A ese juego de emociones se agarra un expresionismo matérico y lírico, basado en las contradicciones, en la ambigüedad y en la confusión, tratando de hacer poesía en cada cuadro.
Y sin faltas de ortografía.

En el Fondo












Paisajes íntimos