Hace una semana, en el Museo Jesús Otero, inauguramos mi última exposición individual.
Fue un acto especial y muy bonito.
Tuvimos la agradable presencia de Hugo Alonso, que nos deleitó con su amor por el Blues.
También tenía preparada una instalación especial para ese día: unas sillas de bebés vestidas con uniformes laborales, simbolizando el futuro incierto que padecemos desde que nacemos.
La exposición se titula Sueños de Inocencia.
La exposición se basa en 17 cuadros, en los que la pintura baila dialogando con diversos materiales: lava, alquitrán, cemento, parafina... como ya os tengo acostumbrados.
La inocencia es la ausencia de cualquier pauta, de cualquier miedo. La actuación sin reglas.
Es la pura sinceridad del desconocimiento, es la pureza. Y para mí, la pintura si no es pura y sincera, sin artificios efectistas, no es pintura.
Sabéis que cuando elijo un tema para una exposición, la forma no puede tanto como el concepto, y la inocencia de los bebés es la principal metáfora de esta exposición para referirme y reivindicar la pureza de la pintura, y del arte... Que aunque muchos se empeñen en negarlo, la pintura también es arte.
La exposición, que se clausura el día 31 de Agosto, puede ser visitada de Martes a Domingo de 11, 30 a 13, y de 17 a 21.
Gracias por vuestra visita.
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